Socialistes de Vinaròs

Un año de pandemia. Fernando Juan, Concejal de Gobernación y RR.HH.

Escribir estas líneas significa volver un año atrás, a esas fechas de marzo para las que nadie estaba preparado, significa echar una mirada dolorosa por todos/as los que han perdido la vida, significa recordar todo aquello respecto a nuestros hábitos, trabajos, ocio y relaciones que hemos dejado atrás, y recordamos con ganas de volver a reiniciarlos. Significa pensar, de nuevo, cuando volveremos a hacer lo que nos gusta hacer, desde la libertad de elección personal. Significa, también pensar qué volveríamos a hacer y qué no, para reducir el sufrimiento de la sociedad a la que pertenecemos.

No, nadie estaba preparado. Nadie pensaba, ni siquiera imaginaba, lo que hemos vivido todos. Una sociedad tecnológica, del siglo XXI, con todos los adelantos y conocimientos que se creía, (que nos creíamos) invulnerables a este tipo de sucesos, pandemias, que sólo aparecían en películas de catástrofes y en novelas de ciencia ficción. Habíamos derrotado las enfermedades infecciosas más graves, luchado contra el SIDA y el Ébola, y aunque la ciencia nos advertía, i advierte continuamente de que no dominamos la naturaleza, en la sociedad desarrollada, a la que pertenecemos, había calado profundamente la idea de que sólo el Cáncer permanecía como reto de primera línea, y en algunos tipos de cáncer ya veíamos la luz.

Y aparece un virus, un virus de transmisión aérea, de muy rápida propagación y que provoca sintomatología grave en un porcentaje pequeño de la población. Pequeño, pero inmenso en lo personal. Y justamente la movilidad de nuestra sociedad, y los eventos masivos, son los que dejan la puerta abierta a su fácil propagación. No hay planes, no hay información. Con lo que teníamos, nos pusimos manos a la obra, utilizado los mecanismos legales existentes, los recursos humanos (insuficientes, después de draconianos recortes en la función pública, pero muy eficaces) y el sentido común. 

Primer objetivo: proteger la vida. De ahí el confinamiento, con la planificación y puesta en práctica de planes de confinamiento, normativas y regulaciones. En segundo lugar, buscar el equilibrio entre salud y economía, en unas condiciones muy cambiantes, a partir de la desescalada: Qué se podía hacer y qué no en cada situación, en función de la evolución de la pandemia. Y, en tercer lugar: planificar a medio y largo plazo la recuperación. Y todos estos objetivos, coordinando los diferentes niveles de administración pública, pues ha sido, y es, quien ha tomado las riendas para parar la pandemia. Una administración pública que ha recibido el apoyo de los diferentes sectores privados, pero a la que también los sectores privados con pérdidas reclaman ayudas. Ya no se trata de la salud de las personas, también toca ya el aspecto económico. Ahora que, gracias a la inmensa inversión humana y económica en el desarrollo de vacunas, algo que clásicamente tardaba 10 años, se ha reducido a solo 1, ya disponemos de vacunas, hemos de ser capaces de restablecer nuestra economía y sociedad, pero estando muy atentos: Esto no se ha acabado. Todavía no se ha acabado. 

Durante este año el equipo de gobierno ha primado la Gestión frente a la crispación, hemos renunciado prácticamente a la confrontación. Teníamos, y tenemos, los objetivos claros. La mayor parte de la oposición también, aunque haya quien se queja de que, cuando se abren las ventanas para mejorar la ventilación, pueda resfriarse. Anécdotas.

Fernando Juan 

Concejal de Gobernación y RR.HH.