El pasado 9 de mayo se acabó el estado de alarma, por lo que en muchas comunidades se dejó la libre circulación tanto de zona como horaria. El ver cómo reaccionó la gente a esta “nueva libertad”, como muchos quieren entender, me ha dado que pensar en el sistema educativo que tenemos en nuestro país.
Sistema educativo que debería mejorar la educación en valores y principios. Puesto que deberíamos ser conscientes, de que todo derecho se pierde en el que se vulnera un valor.
El ver que la gente salió a la calle, como si no hubiera un mañana, ejerciendo y demostrando su derecho de libertad y reunión, pero sin pensar que estaba vulnerando el valor de la Salud pública, es lo que me hizo pensar que la sociedad no está bien. Que se necesita hacer un cambio en la educación de la población. Ya no solo en lo que se refiere a principios y valores sino también a lo referido a la educación emocional.
Si, la gente está cansada de no poder reunirse con sus amigos a tomar una cerveza, que se puede hacer perfectamente tomando las medidas de seguridad necesarias. Está también cansada de que le prohíban hacer una cosa u otra, pero es ahí donde entra en valor el poder de las emociones, el poder de la empatía, … Si, empatía, significado que mucha gente parece desconocer, puesto que a pesar de que muchos han sido tocados directa o indirectamente por esta maldita pandemia que es el coronavirus, donde algunos han perdido a sus seres más queridos, parece que a otros solo les preocupa poder salir a la calle a ejercer su derecho de libertad y reunión, sin pensar en las consecuencias graves de no hacer uso de forma responsable de un derecho fundamental.
Es por esto que quiero que des de los estamentos pertinentes, hagan una recapacitación de los valores a trabajar y como trabajarlos. Para que nuestra sociedad sea capaz de saber ejercer correctamente sus derechos al mismo tiempo que no vulnera los derechos de los otros.