Socialistes de Vinaròs

¡Adiós a nuestro compañero y amigo, el alcalde JORDI ROMEU!

¡Qué difíciles son los adioses cuando un compañero y amigo se va!

Jordi se fue, y se fue para no volver, por eso queremos expresarlo en voz alta evocándole en esta corta semblanza con un sentimiento que quisiéramos que fuera más íntimo que de tristeza.

   

Y se fue y lo hizo por sorpresa, sin avisar. Nos dejó con la palabra en la boca, una palabra que, en este momento, solo es capaz de balbucear incredulidad y la soledad que esconde.

Porque Jordi fue un ejemplo de generosidad y bondad personal. Profesor de Historia en el Instituto Leopoldo Querol de nuestra ciudad, en el que desempeñó el cargo de director, era hombre culto, publicó libros y muchos artículos, en la mayoría con protagonismo de su ciudad, Vinaròs, con la que se sentía plenamente identificado. 

En su andadura profesional había adquirido una gran experiencia con los jóvenes estudiantes que enriquecieron sus dotes de pedagogo, tan útiles en nuestra organización política, tan en falta e insustituible que vamos a sentirnos huérfanos en la agrupación socialista a la que pertenecía y pertenecemos.

En verdad era un vinarocense clásico, sencillo, vivía la calle y en sus andares por nuestra ciudad con sus modos optimistas y la actividad contenida de un deportista. 

Eso lo convirtió en un candidato ideal para ocupar la Presidencia de la Corporación. No es el momento de hacer inventario de los proyectos realizados bajo su mandato en el Ayuntamiento de Vinaròs: se dice, y no sin razón, que las obras no hacen alcaldes. Sin embargo, Jordi incorporó todas esas cualidades que mencionamos a la figura del responsable de la Corporación: sus mejores virtudes públicas fueron su fácil accesibilidad al ciudadano de a pie, tanto en el despacho de la Alcaldía como andando por la acera de cualquier calle de Vinaròs, su ciudad que tanto sentía, su cultura, su buen hacer y la templanza al frente de la Alcaldía, sin contradicciones. Estos fueron los mejores avales personales a la responsabilidad de dirigir los destinos de nuestra ciudad y el mejor recuerdo de la cosa pública –además de lo personal– que nos dejará a todos sus compañeros de la Agrupación Socialista.

Pero, el hado adverso, con nocturnidad y quizá con envidia, lo apartó de su familia en ese viaje al infinito del que no se vuelve. En realidad, a ellos –y a nosotros también- se nos ha llevado lo mejor: un trozo de corazón.  

Pepe Palacios

PSPV-PSOE Vinaròs